
Ideas para un verano Montessori en casa: por qué jugar con materiales reales y naturales conecta con el desarrollo del niño
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El verano es la estación ideal para volver a lo simple: aire libre, tiempo lento, y mucho juego real. En un mundo cada vez más digital, ofrecer a los niños materiales naturales y objetos reales no solo es un regalo, sino una necesidad.
Desde la mirada Montessori, los niños necesitan tocar, sentir, oler, experimentar el mundo con sus manos y su cuerpo. Y eso se logra mejor con materiales reales, naturales, y sin pantallas.

¿POR QUÉ OBJETOS REALES Y NATURALES?
1. Porque el niño quiere comprender el mundo, no imaginarlo
Los niños menores de seis años no buscan fantasía: quieren saber cómo funciona el mundo. Por eso prefieren una cuchara real a una de plástico, o un embudo de verdad a uno de juguete.
“El niño no juega a la vida: vive jugando.” – María Montessori
Cuando le damos objetos reales, le damos confianza, autonomía y conexión.

2. La naturaleza es el entorno ideal para aprender
Hojas, piedras, piñas, conchas, agua, tierra… Son recursos que no necesitan instrucciones y despiertan la creatividad sin límite. Cada uno ofrece una textura, un olor, una temperatura distinta.
El juego con materiales naturales desarrolla los sentidos, el lenguaje, la motricidad y la capacidad de observación.
Un simple paseo en el bosque puede convertirse en una sesión sensorial, de clasificación, de arte o de ciencia.

3. Manos que tocan, mente que aprende
El niño construye su inteligencia a través del movimiento y la experiencia directa. Por eso, tocar, amasar, trasvasar o clasificar objetos reales tiene mucho más valor que ver una imagen o apretar un botón.
Cuando el niño manipula semillas(rellenos para la bandeja sensorial), plastilina natural o herramientas reales, está haciendo conexiones mentales profundas y duraderas.

4. Menos pantallas, más sentido
Sabemos que el uso excesivo de pantallas limita el juego activo, reduce la concentración y empobrece la imaginación.
Ofrecer materiales abiertos y reales invita a jugar con propósito, a resolver problemas, a ensuciarse, a equivocarse y a descubrir el mundo a través de la experiencia.
En verano, podemos transformar una mesa en una estación sensorial, una cesta en una colección de tesoros naturales o una simple tela en una tienda secreta.
IDEAS PARA UN VERANO MONTESSORI EN CASA
- Prepara una bandeja sensorial de verano con conchas, arroz, cucharas y plastilina.
- Ofrece una mesa de texturas naturales con diferentes semillas, tronquitos, algodón, flores secas...
- Crea un kit de exploración con lupa, frascos, pinzas y una cesta para recolectar.
- Invita a preparar "pociones de verano" con agua, flores y hojas.
Volver a lo real es un regalo para la infancia. Cuando el niño juega con objetos auténticos y materiales naturales, construye un vínculo profundo con el mundo, con su cuerpo y con su capacidad de hacer. Este verano, regala menos pantallas y más contacto. Juega con lo simple, lo sensorial, lo verdadero.
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